sábado, 18 de junio de 2016

El fin del empleo

Los nenes comestibles van creciendo y ya comienzan a preocuparse por lo que quieren ser de grandes. Yo siempre fui partidario de: Estudia lo que te guste y trabaja de lo que puedas. Sobre ese principio es conveniente que lo que estudies, además de gustarte, tiene que tener visos de salida profesional.
Yo estudié Física porque me gustaba la Astronomía pero luego descubrí que era una carrera bastante comodín y te servía para ejercer la mayoría de profesiones.
Yo llegué al mundo laboral  a finales de3 los 80`s en que había una gran efervescencia por los fastos del 92 y todo era movimiento expansivo.
Lamentablemente, todo aquello pasó y vino la prevista crisis del 93. Sin embargo, para entonces ya me había posicionado sólidamente en la empresa en la que estaba y pude resistir unos años más adquiriendo experiencia profesional que luego me ha servido para muchas cosas.
Sin embargo, a la Informática le llegó el tiempo de la banalización y los márgenes de beneficio que dejaba el hierro obligaron a profundas reestructuraciones en el sector.
A finales de los 90 se produjo la burbuja tecnológica que estalló a principios de 2000. De pronto alguien creaba un portal nada.com salía a bolsa y sus acciones subían como la espuma fichaba directivos de 100.000 euros/año ( entonces 16 millones de pesetas) y así aguantaba hasta que quedaba demostrado que la empresa carecía de valor. Creo  que con razón se calificó lo de las .com  como la mayor estafa de la Historia.
Afortunadamente, yo no piqué en lo de puestos de trabajo con salarios desorbitados porque no me podía creer que un simple portal pudiera valer más que una compañía como Telefónica que llevaba casi cien años instalando infraestructuras.
La burbuja acabó afectando a todo el sector y fue cuando los recortes de plantilla me afectaron  directamente, pasando a estar en nómina del  INEM.
Fue un tiempo de ininterrumpida búsqueda de empleo y que también aproveché para intentar montar una empresa de energías renovables en Haití, que, aunque con muy poco éxito, me sirvió como experiencia para el mundo empresarial.
Acabada la prestación por desempleo conseguí reintegrarme al mercado laboral  con un grupo de profesionales liberales que trabajábamos como comerciales en lo que llamábamos proyectos de ventas. Esta libertad de acción es lo que me permitió compaginar el trabajo tecnológico con la docencia de Matemáticas en la UPC.
Llegó 2009 y la vida me retiró del mundo laboral.
Todos estos años cotizando a la seguridad Social es lo que me permite tener ahora una digna pensión  con la que mantengo a mi familia. Aproveché los años buenos para hacer los viajes que siempre había querido hacer, así como las esquiadas que siempre me habían hecho ilusión. Con la indemnización por despido pagué la hipoteca del piso que tenía pendiente y así, ahora, aunque descerebrado y tullido, puedo llevar una vida normal.
Pero no es mi futuro el que me preocupa sino el de mis hijos.
Carolina ya comienza el bachillerato el próximo año y tiene que decidir qué línea escoge.
Visto que empleo ( trabajo por cuenta ajena) no va a conseguir de ninguna manera, le recomiendo que lleve a cabo estudios comodín. Es decir, estudios que le permitan dedicarse a cualquier cosa.
Existen una serie de conocimientos que no pueden adquirirse pasada una determinada edad: Música, idiomas y Matemáticas.
Futuro en la Música no tiene nadie que su papá ( o su mamá) no esté metido en el mundillo de la farándula. Música clásica en España no existe por lo que aspirar a formar parte de una orquesta sinfónica no lo veo realista. Hasta ahora, había considerado como carreras comodín la ingeniería industrial si eras de Ciencias y el Derecho si eras de letras.
Sin embargo, en cualquiera de los dos casos pienso que la única posibilidad de acceso al mundo laboral es el autoempleo.
No estoy de acuerdo con que el índice que se maneje sea el número de desempleados pues ese número nunca dejará de crecer mientras no cambie el modelo productivo que sólo ofrece puestos de albañiles y camareros. Lo que se debería contar es el número de ciudadanos que contribuyen a las arcas del Estado ya sea vía pagos a la Seguridad Social o, simplemente, como declarantes de IRPF a Hacienda.
Creo que dentro de muy pocos años incluso los directivos de los bancos serán profesionales liberales con un contrato mercantil para un proyecto de dirección de tiempo determinado.
He comentado en varias ocasiones  que, tomando ejemplo de los Padres Fundadores, decidí escolarizar a los comestibles en una escuela de habla alemana.
También mi hermano Ignacio decidió escolarizar a su hijo en una escuela extranjera, en su caso inglesa. El resultado es que mi sobrino Ignasi tiene un nivel de Inglés nativo, motivo por el cual ha decidido estudiar Traducción e Interpretación. Carrera que se presta perfectamente al libre ejercicio de la profesión.
Ruego a Dios para que los comestibles nunca se vean retirados del mundo laboral por invalidez como me ha sucedido a mí pero de lo que no hay ninguna duda es que acabará llegando el día en que ya no puedan trabajar.Como yo he tenido la oportunidad de realizar mis sueños y conseguir mis ambiciones, quisiera que ellos también pudieran tener las mismas oportunidades. Está claro que lo que no les voy a dejar es un patrimonio material más allá del piso en el que vivimos.
A mis alumnos siempre les enseñé que nadie les iba a regalar nada y que debían marcarse como objetivo crear una empresa tecnológica.
Esperemos que el Gobierno que salga de las urnas el próximo 26J sea consciente de esto y oriente las políticas para que sea posible.
Si se empeñan en reducir el paro y no en facilitar la creación de empresas, seguiremos así para siempre
Mientras sopló el viento de popa aprovechamos para realizar los viajes de nuestros sueños, como éste a Colombia


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