sábado, 7 de febrero de 2015

5 meses en Guttmann

Se cumplen cinco años de mi ingreso en el Institut Guttmann en el que permanecí  5 meses de rehabilitación al salir del Hospital Clínic y aprovecho, como otras veces, para hacer un breve resumen de alguna de las etapas por las que he pasado en mi proceso de rehabilitación.
En concreto, los cinco meses que pasé internado en el Instituto Guttmann  seguidos de dos meses más en régimen de ambulatorio que, aunque dormía en casa, acudía allí diariamente a realizar rehabilitación. Así hasta que me dieron el alta definitiva que es el eufemismo que allí utilizan para decir que te echan.
Salí de la UCI del Clínic tieso y con ambos brazos cruzados sobre el pecho como una momia egipcia, Sin embargo, el fisio de allí (Jordi) consiguió dejarme el brazo derecho plenamente operativo aunque también es verdad que necesité que me infiltraran toxina botulínica en el músculo cubital anterior.
para que eso fuera posible.
Esto provocó que durante mi estancia en planta del Clínic fuera absolutamente dependiente al no disponer de ningún brazo operativo.
De modo que el trabajo que se planteaba a los terapeutas no era fácil.

Ingresé en Guttmann un 1 de febrero de 2010 y salí el 11 de junio del mismo año.
Por en medio, el 1 de julio de 2010, dejé de estar internado allí y sólo acudía a rehabilitación en régimen de ambulatorio mientras dormía en casa de mis suegros con Menchu y los comestibles.
También he de destacar la fecha del 21 de mayo de 2010, décimo cumpleaños de Carolina y víspera de su primera comunión  que significó mi primera salida al mundo exterior desde el accidente.
Como no podía ser de otra manera, tengo buenos recuerdos de mi estancia en esa institución y otros que no lo son tanto.
Lo cierto es que nada añoro de ese período pues mi mejor recuerdo es la felicidad que me producía ver llegar a Menchu y los comestibles a última hora del día a visitarme y eso no lo puedo añorar porque ahora los tengo en casa todo el día.
Hace aproximadamente un año, recuerdo que Santi me comentó que añoraba la Guttmann porque allí podía correr por los pasillos ya que eran muy anchos.
Creo que el relato debería segregarlo en los diferentes aspectos a destacar de mi estancia: Sanitarios, terapéuticos y humanos.
En cuanto a los sanitarios, poco o nada hay que destacar salvo una febrada que pillé nada más llegar (probablemente un trancazo).
Aspectos humanos destacaría cuatro: Personal sanitario, terapeutas, pacientes y familiares de pacientes. Lógicamente, hubo de todo: Con unos tuve mejor relación que con otros.

De personal sanitario, tengo un buen recuerdo de enfermeros como Federico, Rubén, José Antonio, John, Berni , Pepi, Ari, Olga, Jordi, Agustina, Martí, Marta y no tan buen recuerdo de otros. No puedo imaginar el recuerdo que puedan tener de mí ( si tienen alguno).Como había tenido una compañera  de trabajo (Amaia) que tenía un novio fisioterapeuta llamado Rubén, a este enfermero yo le decía que era el novio de Amaia lo cual no era cierto.
De los enfermeros de noche, tenía buena relación con Jordi y con Miquel con el que hablaba de su hijo porque estudiaba telecos aunque yo no recordaba haberlo tenido como alumno.
Había una enfermera de noche con la que diariamente mantenía la siguiente conversación:
- Ainhoa!!
-Qué!!
- Tengo sed!!
- Qué raro!
Había un enfermero (Teo) a quien, como pésimo fisonomista que soy, yo veía igual que un ex-compañero mío de trabajo (Basilio P.).
Con mi habitual somnolencia (entonces mucho más acentuada que ahora)  yo me pasaba el día buscando la oportunidad de dormir.
Al llegar la noche, me gustaba decir a la enfermera: Ari! nos vamos a la cama ?
De este modo, en las camillas de fisioterapia me iba quedando dormido para enfado de los terapeutas (Santiago, no te duermas!!!).
También tengo otra anédota de un enfermero (Antonio) que cuando nos aseaban por la mañana, si te olía mal el axila decía que te españoleaba el sobaco.

Una de las primeras terapias a que me sometí fue neuropsicología (NPS) que te evalúan  tu estado mental. Lo primero que te preguntan es tu nombre y si sabes dónde estás y por qué.Antes de ir a NPS yo siempre preguntaba la fecha ( a la primera persona que veía) porque era lo primero que me preguntaba el psicoterapeuta. 
Además, probablemente durante mi permanencia en coma, se me produjo una osificación periarticular en el codo derecho que limita la extensión del brazo derecho a un ángulo de 60º. Como ya comenté, tal osificación sólo puede corregirse mediante cirugía pero no es recomendable por lo invasivo de la intervención y sus escasas esperanzas de éxito.
Llegué por tanto a Guttmann con medio brazo operativo y cero capacidad de caminar. Por este motivo, mis desplazamientos por el centro sólo podía realizarlos en silla de ruedas y con asistencia de una persona que empujara. No fue hasta mucho después que aprendí a impulsarme en la silla con las piernas.
Con las manos nunca llegará a ser posible porque, al impulsarme con una única mano, es imposible mantener la dirección.
Había, por tanto, un enorme trabajo a realizar por parte de los terapeutas para poder salir de la institución con una cierta autonomía.
Además, he de confesar mi escasa tolerancia al dolor, lo que complicaba aún más su tarea por mis continuas quejas.
Había un fisioterapeuta enorme (Juan) que me trasladaba mis 90 Kg. de la silla al bipedestador y viceversa con un solo brazo con la facilidad de quien traslada un bebé del cochecito a la cuna.
Aún así, sí hubo algún terapeuta (Toni  Alex y Ruth) que confió en mí y llegó a apreciar mi motivación y ganas de recuperarme.
Como no podía desplazarme yo sólo, era el terapeuta que me tocaba quien venía a buscarme a la habitación salvo que tuviera una visita, pues era entonces mi visitante quien me llevaba.
Una de las cosas buenas que tenía la Guttmann era que había una sala de entrtenimiento con juegos y ordenadores conectados a internet, de modo que siempre que podía me escapaba allí. Había una señora (Fina) a quien le pedía que me llevara pero los enfermeros no querían que estuviéramos allí sólos.Cuando yo quería ir para allí, siempre preguntaba por Fina para que me llevara con lo que la buena señora acabó haciéndose famosa en la planta.
Sin embargo, lo de ir a la sala de asueto se acabó convirtiendo en una costumbre de modo que todo el mundo ya sabía dónde tenía que ir a buscarme cuando no me encontraban.
Allí pude consultar mi acumulado correo electrónico y comprobar  el lío montado con nuestra reserva en la casita de las flores.
También en mi correo descubrí el fallecimiento de la que había sido mi directora de Tesis, la Doctora Doctora M. A. Catalá, pues tenía un mensaje de la Sociedad Española de Astronomía (SEA) ya que estaba apuntado a una lista de distribución de correo.
Tiempo después me explicó Menchu que la Doctora había fallecido en fechas muy próximas a mi estancia en la UCI y que fue de bien poco que no nos hiciéramos compañía en el tanatorio.
A veces, comento con otros ex -pacientes de Guttmann que allí nunca habríamos llegado a caminar.
Como allí no utilizan la toxina botulínica( supongo que por el coste) los estiramientos musculares son una auténtica tortura de modo que Menchu pidió a mi médico (Dr. Pelayo, neurólogo) permiso para aplicarme acupuntura en mis músculos espásticos.
Sin embargo, he de aceptar que probablemente fue en esa institución donde sentaron las bases para lo que ha sido mi recuperación posterior.
Pero vayamos a las personas: Mi compañero de habitación fue casi siempre el señor Jaume B.
Sólo hacia el final de mi estancia, este señor se fue y vino Serafín, cuya lesión nunca llegué a conocer porque no podía hablar con claridad.
Supongo que sufrió algo parecido a un ictus pero en su caso le produjo un problema en el habla (afasia).
Otra paciente con la que establecí relación fue Kristen de Heidelberg con quien aprovechaba a practicar el alemán y que me enseñó el término alemán para ictus: Schlaganfall
También establecí relación con dos jovencitas gemelas idénticas de Vitoria (Naiara y Saioa), la primera de las cuales había sufrido un accidente de avioneta pilotada por su padre.
Otra paciente con la que establecí relación fue Valeria, una colombianita encantadora de origen suizo con la que también practicaba alemán . Había sido atropellada durante unas vacaciones en Barcelona y habías estudiado en la ESB - como los comestibles- con la diferencia de que en su caso la B es de Bogotá y no de Barcelona. Lo cierto es que yo coqueteaba con ella para enfado de Menchu, no por celos sino porque le parecía fuera de lugar que coqueteara con una niña apenas diez años mayor que Carolina.
El día que llegué a Guttmann, no obstante, mi compañero de habitación era otro señor  en un estado muy deteriorado del que me dijeron que había sufrido una encefalitis. Recuerdo que me asusté porque la encefalitis es muy contagiosa. Lejos estaba aún de saber que yo también había sufrido una mientras estuve en la UCI.
Por lo que he ido aprendiendo estos años de neurociencias, las secuelas de una lesión cerebral están relacionadas con la zona del cerebro afectada así como del nivel de afectación.
De este modo, he conocido secuelas de todo tipo: Movilidad (mi caso), ceguera, habla, memoria a corto o largo plazo.
En el caso de la afasia ignoro si son conscientes de las cosas absurdas que dicen, pues si así fuera, tiene que ser desesperante darte cuenta que quieres decir algo y de tus labios sólo salen sonidos inconexos sin ninguna relación con lo que estás pensando. A mí me produce angustia el simple hecho de intentar mover un brazo y notar que no me responde, así que el habla debe de ser mucho más angustioso. Pretender decir hola y decir caballo sería para mí una tortura.
Este problema, no obstante, me aseguran los logopedas que se puede mejorar con terapia.
Así he conocido personas cuya única respuesta es “no me acuerdo” o que te responden exactamente lo mismo que les dices:
-Hola Jordi
-Hola Jordi
- ¿Cómo estás?
- ¿Cómo estás?
- A ti qué te pasó?
- A ti qué te pasó?

Realmente, a veces llegas a pensar que te están tomando el pelo aunque supongo que más de uno debe pensar que no muevo el brazo izquierdo por simple desgana.

Una de las anécdotas más destacables de mi estancia en la Guttmann fue la gran nevada que se produjo el 8 de febrero de 2010

1 comentario:

  1. ¡¡Ostras!! No me acordaba de una nevada tan fuerte. Cinco años ya... el tiempo vuela, parece que fue ayer. Y desde luego, a juzgar por la indumentaria de la gente que sale en la foto, la nevada fue de aúpa.
    Un abrazo bien fuerte y sigue escribiendo. He recueprado mi contraseña y ya puedeo escribr comentarios!!

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