sábado, 4 de octubre de 2014

Evolucionismo

Vaya por delante que si el lector es experto en antropología evolutiva, no sólo no  le voy a contar nada que no sepa ya, sino que, además, de aquí a unas líneas estará riéndose de mi ignorancia al respecto.
Mientras- ajenos a la realidad- Estado y Generalitat echan un pulso a ver quién de los dos es más chulo, la Tierra sigue girando y trasladándose alrededor del Sol y quienes habitamos en este trocito de la superficie del planeta que llamamos España seguimos con nuestras historias personales. Por ejemplo, yo continúo con mi neurorehabilitación y escribiendo este blog (que también forma parte de mi rehabilitación).

Así que vamos allá:

Hace unos días especulaba yo con la posibilidad de que el nacionalismo tuviera causas genéticas porque  parece que el sentimiento de pertenencia a una tribu, debería ser una ventaja evolutiva.
Ahora voy a hablar de otros aspectos evolutivos que me son más próximos.
Como últimamente trago mucha tele, no es extraño que vea algún reportaje sobre la evolución de la Humanidad.
 Si tales reportajes se aproximan a la realidad, parece ser que el ser humano  comenzó su más importante salto evolutivo en el momento que se irguió sobre sus extremidades inferiores liberando las superiores para tareas más desarrolladoras del intelecto.
Consecuentemente, el uso de las manos empujó a nuestro cerebro a desarrollarse y éste dedicó al manejo de nuestras manos un sustancial número de neuronas.
Por este motivo, cuando se sufre una lesión cerebral, es estadísticamente más probable perder neuronas que tienen como función el manejo de las manos y extremidades superiores que no otras.
Precisamente por eso, la tarea de recuperación de la movilidad manual es la más complicada en cualquier proceso de rehabilitación tras una lesión cerebral.
Cuentan también tales reportajes que la mayor capacidad de distinción de colores y percepción de detalles que tienen las mujeres sobre los hombres se debe a que en una sociedad cazadora-recolectora como la que vivíamos en el Paleolítico – y volveremos a vivir en el narco-estado propio (de su propiedad) y sin leyes (Oriol Junqueras dixit) de Catalunya Independent ), eran las mujeres las responsables de recolectar los frutos y demás alimentos de la naturaleza, con lo que su mejor percepción de formas y colores favorecía la supervivencia de la tribu.
Lamentablemente, no existen fármacos ni fórmulas mágicas que permitan regenerar neuronas según nuestras necesidades, si bien sí es cierto que los terapeutas recomiendan la ingesta de omega 3  ya sea vía fármaco o mediante consumo de alimentos que lo contienen como el pescado azul o los frutos secos .

Obviamente, cuando un neurocirujano interviene en un cerebro, intenta causar el mínimo daño en la masa encefálica a tratar y no se entretiene en pensar qué secuelas tendrá el paciente dependiendo del punto en que clave el bisturí.

Análogamente, si la lesión es consecuencia de un proceso infeccioso – como fue en parte la mía- bacterias y virus sólo buscan reproducirse y no están especializados en dañar un tejido u otro.
Otra teoría evolutiva de la especie Humana nos la ofreció hace años La Trinca, si bien, dependiendo de la asociación que se haga del tubérculo protagonista de la canción, esta teoría sería válida para todas las especies de mamíferos.


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