Aniversario de boda

Como cada 13 de octubre, hoy toca hablar de nuestro aniversario de boda (Menchu y mío). Ya son 24 años, así que el próximo año nos tocan bodas de plata.

El día de nuestra boda, Menchu era apenas una niñita de sólo 21 años. Es por eso que muchas personas pensaron que nos casábamos de penalty. Como dicen sus amigas burlonamente, tuvo que celebrar su despedida de soltera en un chiki-Park.

Y es por eso que el pasado 14 de septiembre celebramos su 28 cumpleaños: 21+24=28

¿Alguien lo duda?

Después de todo, ya comenté) que como profesor de Mates para ingenieros yo cometía errores del tipo 2+2=2.

Recuerdo que en el lavabo del hotel donde celebramos el convite un adolescente me preguntó:

¿Tú eres el novio de esa pelirroja que está tan buena? Y ya no dijo nada más...

Lo cierto es que pasamos nuestra noche de bodas en el mismo hotel del Montseny adyacente a la ermita donde celebramos el enlace.

Muy de madrugada, nos levantamos para tomar el taxi que nos llevó al aeropuerto para salir hacia Madrid donde conectaríamos con nuestro vuelo a Bangkok (Tailandia).

Desde allí visitaríamos Katmandú, Indonesia y Singapur. Fue el primero de muchos viajes a lugares exóticos que luego realizaríamos.

Eran tiempos en los que no teníamos la responsabilidad de los hijos, que tardaron en llegar aunque, Gott sei Dank, finalmente lo hicieron.

A veces pregunto a Menchu si volvería a casarse conmigo de haber sabido que me pasaría lo que me pasó y no lo duda un instante:

L sola existencia de nuestros maravillosos comestibles  y los años que le he dado  compensan cualquier dificultad actual.

Como nunca he sido un chico resultón y tampoco he tenido importantes recursos económicos, más de una vez han venido a preguntarme qué pudo ver Menchu en mí para decidir casarse conmigo tan joven.

Menchu y yo junto a la Hermita de Sant Bernat (parque natural del montseny), donde contrajimos matrimonio un lluvioso 13 de octubre de 1990